Aunque la normativa no exige explícitamente aire acondicionado en todos los casos, sí obliga a cumplir el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que garantiza la calidad térmica y la renovación del aire interior. Por tanto, contar con un sistema de climatización y ventilación adecuado es imprescindible no solo para cumplir la ley en materia de salubridad, sino para asegurar el confort y el bienestar tanto de los clientes como de los trabajadores.